Armonía del Color


La Armonía cromática, o Armonía de los colores, es concebida hoy, sobre todo en los ámbitos pictóricos y en los de la Iconolingüística, como el conjunto de técnicas que se aplica a la creación de un colorido para lograr cierto equilibrio en la interacción de los colores que lo componen. Asimismo se denomina así al efecto estético de calma que ese equilibrio produce en el espectador. Suelen emplearse también las designaciones armonía del color y armonía del colorido.
Dicho conjunto de técnicas ha venido evolucionando paralelamente al desarrollo de la Pintura y las artes relacionadas con ella, desde la Antigüedad griega, hasta alcanzar su actual conceptualización en la perspectiva iconolingüística de los distintos ámbitos de las Artes visuales y del Diseño. La tradición de la Armonía cromática ha implicado una incorporación sucesiva de conceptos, entre los que destacan: el ajuste cromático, la complementariedad, la extensión cromática, el acorde cromático y la coloración acorde.

El concepto de ajuste cromático constituye un verdadero principio de la armonía del color. Se basa en la obtención de una proporción y correspondencia óptimas entre los colores. La idea de complementariedad armónica se relaciona con la oposición de las tonalidades perceptuales del color, fenómeno que se produce de manera natural en las postimágenes. El concepto de extensión cromática alude a las dimensiones de los coloridos, tanto en términos geométricos como sinestéticos. El acorde cromático consiste en un colorido que posee una proporción conveniente entre los colores acordes que lo componen. Por último, se da el nombre de coloración acorde a cada color que se encuentra combinado de forma ajustada con otros en un colorido.


Archivo:Waste paint.jpg